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viernes, 9 de marzo de 2012

Buenas noches y buena suerte

Con ese titular, que dice tan poco, pero que para mi dice mucho, empiezo esta entrada. La verdad que no tengo un tema definido para hoy, por lo que mi entrada será tan caótica como siempre.

Me doy cuenta de que hay dos cosas que mueven al mundo,  una es el dinero por supuesto, ¡oh todopoderoso dinero! (lo dice un despilfarrador donde los haya).

La otra fuerza que mueve al mundo es el amor, y es que he visto a necios cometer y hacer tantos actos absurdos por conseguir a la persona que quieren, que no sabría expresar con palabras si es admiración o vergüenza ajena, lo que siento al verlos.

He visto a gordos estar años en el gimnasio, a tímidos hablar como si fueran relaciones públicas, he visto a payasos vestidos de payaso en sí (?), he visto a gente sin convicción creer en ellos mismo por encima de todo.

De verdad lo digo, el amor mueve al mundo, será todo una reacción química en nuestro cuerpo y digan lo que quieran, la verdad es bonito experimentarlo, la pena es que no dura para siempre y bueno si algún nostálgic@ de ese sentimiento lee esto, que no sepa que no está solo, otros estamos igual.

El amor, nos puede hacer cambiar, pero también puede acabar con nosotros. Alcanzarlo es la gloria, pero el rechazo es la muerte para el alma.

El sentimiento más poderoso y la fuerza más devastadora, es la menos racional también, porque nos produce celos absurdos, creados por la inseguridad debido a nuestra falta de confianza, autoestima personal o cualquiera de las mil y una razones que existen.

Pero, ¡que coño!, ¡vayan por él! , ¿tan pronto tira la toalla?, porque mira que aún en este combate quedan asaltos y la vida es muy larga, perder un asalto no es un paso atrás, es ir a coger carrerilla para poder avanzar con más determinación.

Llegar a la cima es fácil, pero realmente,  nuestra meta debe ser superar esa cima, duplicar la cima. Porque si lees esto, espero que sepas que, ¡tú puedes joder! ¡¿quién va a poder sino eres tú?!.

Pero a veces somos tan necios, que todo estuvo ahí y no supimos estirar la mano para coger el cielo.

¡Caballeros y damas, el cielo está reservado para los luchadores y soñadores, no para los cobardes!

Terminaré diciendo lo más simple:

"Buenas noches y buena suerte, amigos"

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